Ja fa gairebé vint anys que va morir el meu avi matern. Avui he estat repassant unes cintes de cassette antigues i en un d’elles la meva mare havia enregistrat el meu iaio explicant-me contes. Els he estat escoltant i dues coses m’han cridat l’atenció:
La primera, que són pura picaresca. El personatge més murri – generalment femení – és el que se surt amb la seva. No hi ha cap moralina rematant la història. De fet la guineu de la primera història és una malparida i acaba vivint feliç i menjant perdiuetes.
La segona és la brevetat. El conte més llarg té unes dues-centes cinquanta paraules. I cal tenir en compte que la narració és improvisada i hi ha algunes repeticions innecessàries. Crec que cap membre de la família no ha heretat la capacitat de síntesi del iaio Pascual. Devia ser un gen recessiu. Oi que trobeu que em començo a enrotllar massa? Doncs això.
I.
Una zorrica y un zorrico que iban de camino, y entraron a una granja y cogieron dos gallinicas y se las llevaron derecho a su casa. Pero la zorrica quería comerselas las dos, porque tenía mucho hambre. Y se fueron por un camino y tenían mucha sed. Entonces la zorrica dijo:
Vamos por tal sítio que allá hay un pocico y beberemos mucho agua y así nos quitaremos la sed.
Pero la astuta zorrica, llegaron al pocico y el agua estaba mu honda y no podía beber, y dijo:
Mira, haremos una cosa: tu primero me tienes a mí del rabico y yo beberé. Cuando haiga bebido, entonces te dire "¡zorrico, apa!", y entonces tu me estiras el rabico y me levantas. Entonces tu me tienes a mí y beberé yo.
Y así lo hicieron. Bebío la zorrica y cuando ya había bebido, dijo:
¡Zorrico, apa!
Entonces el zorrico estiró del rabico y la sacó.
Ahora me toca a mí.
Se puso el zorrico y a la que ya había bebido dijo:
¡Zorrica, apa!
¡Ay, zorrico, que el rabico se me escapa!
Lo dejó caer y cayó el zorrico al agua y se ahogó. Entonces, la zorrica pilló las dos gallinicas, se fue a su casica y se las comió.
Y vivió mu feliz y se comió una perdiz.
Y cuento, cuento, rábano tuerto, entró por la viña y salió por el huerto.
Una zorrica y un zorrico que iban de camino, y entraron a una granja y cogieron dos gallinicas y se las llevaron derecho a su casa. Pero la zorrica quería comerselas las dos, porque tenía mucho hambre. Y se fueron por un camino y tenían mucha sed. Entonces la zorrica dijo:
Vamos por tal sítio que allá hay un pocico y beberemos mucho agua y así nos quitaremos la sed.
Pero la astuta zorrica, llegaron al pocico y el agua estaba mu honda y no podía beber, y dijo:
Mira, haremos una cosa: tu primero me tienes a mí del rabico y yo beberé. Cuando haiga bebido, entonces te dire "¡zorrico, apa!", y entonces tu me estiras el rabico y me levantas. Entonces tu me tienes a mí y beberé yo.
Y así lo hicieron. Bebío la zorrica y cuando ya había bebido, dijo:
¡Zorrico, apa!
Entonces el zorrico estiró del rabico y la sacó.
Ahora me toca a mí.
Se puso el zorrico y a la que ya había bebido dijo:
¡Zorrica, apa!
¡Ay, zorrico, que el rabico se me escapa!
Lo dejó caer y cayó el zorrico al agua y se ahogó. Entonces, la zorrica pilló las dos gallinicas, se fue a su casica y se las comió.
Y vivió mu feliz y se comió una perdiz.
Y cuento, cuento, rábano tuerto, entró por la viña y salió por el huerto.
II.
Un lobo se levanto muy de mañanica, se tiró unos pedos gordos y dijo: "Según me ha mostrado mi trasero, hoy tendremos buenas viandas". Echó a andar por un camino, anda que te andarás, que te andarás –el morrico alante, el rabico atrás-. Llegó a un río y había una cerda allí con sus cerdicos. Dijo:
- Cerda, Buenos días ¿como va?
Pues bien, aquí estamos.
Me voy a comer un cerdico que tengo mucha hambre
Pues primero ven que los lavemos que estan mu sucios.
A la que el lobo estaba lavandolos, fue la cerda por detrás, pum, y en un empujón tiró al lobo al río.
Y el lobo se fue por el río abajo, llegó a un canal y los molineros dijeron: "al lobo, al lobo" y a trancazos lo mataron. Y la cerda se fue con sus cerdicos y vivieron mu felices y comieron muchas perdices. Y a mi no me dieron porque no quisieron.
Un lobo se levanto muy de mañanica, se tiró unos pedos gordos y dijo: "Según me ha mostrado mi trasero, hoy tendremos buenas viandas". Echó a andar por un camino, anda que te andarás, que te andarás –el morrico alante, el rabico atrás-. Llegó a un río y había una cerda allí con sus cerdicos. Dijo:
- Cerda, Buenos días ¿como va?
Pues bien, aquí estamos.
Me voy a comer un cerdico que tengo mucha hambre
Pues primero ven que los lavemos que estan mu sucios.
A la que el lobo estaba lavandolos, fue la cerda por detrás, pum, y en un empujón tiró al lobo al río.
Y el lobo se fue por el río abajo, llegó a un canal y los molineros dijeron: "al lobo, al lobo" y a trancazos lo mataron. Y la cerda se fue con sus cerdicos y vivieron mu felices y comieron muchas perdices. Y a mi no me dieron porque no quisieron.