No és pas que jo tingui res contra el minimalisme -vull dir, no més que contra les altres religions monoteistes-. Potser si que tinc alguna cosa contra les grans sentències que intenten resumir la complexitat en dues línies. Com per exemple, "less is more", que si la dus a l'extrem pot esdevenir "nothing is all". Jo més aviat em considero dels de "segons com". Segons com, less is more, segons com, less is simply less i segons com less is nothing.
I tot aquest rotllo, per parlar-vos d'un dels meus films favorits, resolt amb una bellesa austera i amb una gran economia d'efectes, però que de vegades té tanta por de passar-se que es queda curt. I és que dir moltes coses amb poques paraules és una virtut. Però dir tan poques paraules que ningú no t'entén ha de ser per força un defecte en el sentit més ampli del terme.
I ara us en posaré alguns exemples. Si no heu vist la pel·lícula, no ho llegiu. Si penseu llegir el llibre, no ho llegiu. Si ja esteu avorrits de tanta xerrameca, no ho llegiu.
ATENCIÓ, KONTUZ, OJO!!!! : SPOILERS
Deixa'm entrar. Sequència amb Oskar a cal seu pare. Apareix un auto-convidat.
Què volia explicar el director amb aquesta escena? Que el pare té un problema amb l'alcohol. Per això s'ha divorciat de sa mare. I que la relació amb Oskar també es deteriora quan el seu pare beu.
Què hi entén el públic?
a) Que Oskar se sent incòmode perquè el seu pare està pel convidat. Doncs sí, això també.
b) Que el seu pare té un rotllet amb el convidat.
c) No res.
Deixa'm entrar. Escena entre Håkan i Eli. Eli li fa una magarrufa a Håkan.
El director decideix no explicar que Håkan és un pedòfil. Però ens deixa un gest menut que segons ell ens insinua què està passant.
Què hi entén el públic?
a) Que l'Eli se l'estima molt tot i que l'esbronqui
b) No gaire cosa
Al final del film la major part del públic ha arribat a la conclusió que Eli va conéixer Håkan quan aquest era xiquet i que estan junts des d'aleshores i que ell ha envellit i ella no. El fet és que gairebé tothom es munta la mateixa pel·licula, fins al punt que el remake americà beneix la interpretació popular amb una foto antiga en què Eli apareix amb un Håkan infant.
A la novel·la no és així:
Le habían dejado notas en el buzón, lo habían amenazado.
Alguien que trabajaba en Correos y vivía en esa urbanización había soplado a los otros vecinos qué tipo de correo y qué tipo de películas recibía.
Pasaron unos meses antes de que fuera despedido de su trabajo en la escuela. No podían tener a alguien así entre los niños. Se había ido voluntariamente, pese a que probablemente podía haber llevado el asunto al sindicato.
No había hecho absolutamente nada en la escuela, tan tonto no era.
La campaña contra él cobró luego mayor intensidad y, al final, una noche alguien había lanzado una bomba incendiaria por la ventana de su cuarto de estar. Salió corriendo al jardín en calzoncillos y se quedó parado, mirando, mientras su vida se quemaba.
La investigación del caso se alargó tanto que no pudo cobrar nada de la empresa aseguradora. Con sus escasos ahorros había tomado el tren y alquilado una habitación en Växjö. Allí había empezado a cavarse su propia tumba.
Bebía hasta tal extremo que se emborrachaba con lo que pillara. Alcohol de uso cosmético, alcohol de quemar. Robaba polvos para fabricar vino al instante y levadura en las tiendas de pintura, se lo bebía todo antes de que hubiera siquiera fermentado.
Estaba fuera de casa todo lo que podía, de alguna manera quería que «las personas» lo vieran morir, día a día.
En mitad de la borrachera se volvió algo imprudente, metía mano a los chicos jóvenes, le pegaban, acababa en la comisaría. Pasó tres días en prisión preventiva y vomitó hasta los bofes. Lo soltaron. Continuó bebiendo.
Una tarde, cuando Håkan estaba sentado en un banco a la entrada de un parque de juegos, con una botella de vino fermentado a medias en una bolsa de plástico, llegó Eli y se sentó a su lado. En mitad de la borrachera, Håkan había puesto casi al momento la mano en los muslos de Eli. La muchacha había consentido que la mano siguiera allí, había cogido la cabeza de Håkan entre sus manos, la había vuelto hacia ella y le había dicho:
—Tú vas a estar conmigo.
Håkan farfulló algo acerca de que no tenía dinero para tanta belleza en aquel momento, pero que cuando la situación económica se lo permitiera...
Eli le había retirado la mano de su muslo, se había agachado y había cogido su botella de vino; la había tirado diciendo:
—Tú no entiendes. Escucha: vas a dejar de beber ya. Vas a estar conmigo. Me vas a ayudar. Te necesito. Y yo te voy a ayudar a ti.
Después Eli le había dado la mano, que Håkan tomó, y se habían ido juntos.
Dejó de beber y entró al servicio de Eli.
Alguien que trabajaba en Correos y vivía en esa urbanización había soplado a los otros vecinos qué tipo de correo y qué tipo de películas recibía.
Pasaron unos meses antes de que fuera despedido de su trabajo en la escuela. No podían tener a alguien así entre los niños. Se había ido voluntariamente, pese a que probablemente podía haber llevado el asunto al sindicato.
No había hecho absolutamente nada en la escuela, tan tonto no era.
La campaña contra él cobró luego mayor intensidad y, al final, una noche alguien había lanzado una bomba incendiaria por la ventana de su cuarto de estar. Salió corriendo al jardín en calzoncillos y se quedó parado, mirando, mientras su vida se quemaba.
La investigación del caso se alargó tanto que no pudo cobrar nada de la empresa aseguradora. Con sus escasos ahorros había tomado el tren y alquilado una habitación en Växjö. Allí había empezado a cavarse su propia tumba.
Bebía hasta tal extremo que se emborrachaba con lo que pillara. Alcohol de uso cosmético, alcohol de quemar. Robaba polvos para fabricar vino al instante y levadura en las tiendas de pintura, se lo bebía todo antes de que hubiera siquiera fermentado.
Estaba fuera de casa todo lo que podía, de alguna manera quería que «las personas» lo vieran morir, día a día.
En mitad de la borrachera se volvió algo imprudente, metía mano a los chicos jóvenes, le pegaban, acababa en la comisaría. Pasó tres días en prisión preventiva y vomitó hasta los bofes. Lo soltaron. Continuó bebiendo.
Una tarde, cuando Håkan estaba sentado en un banco a la entrada de un parque de juegos, con una botella de vino fermentado a medias en una bolsa de plástico, llegó Eli y se sentó a su lado. En mitad de la borrachera, Håkan había puesto casi al momento la mano en los muslos de Eli. La muchacha había consentido que la mano siguiera allí, había cogido la cabeza de Håkan entre sus manos, la había vuelto hacia ella y le había dicho:
—Tú vas a estar conmigo.
Håkan farfulló algo acerca de que no tenía dinero para tanta belleza en aquel momento, pero que cuando la situación económica se lo permitiera...
Eli le había retirado la mano de su muslo, se había agachado y había cogido su botella de vino; la había tirado diciendo:
—Tú no entiendes. Escucha: vas a dejar de beber ya. Vas a estar conmigo. Me vas a ayudar. Te necesito. Y yo te voy a ayudar a ti.
Después Eli le había dado la mano, que Håkan tomó, y se habían ido juntos.
Dejó de beber y entró al servicio de Eli.
Deixa'm entrar. Escena al soterrani. Els ulls d'Eli es transformen.
Que heu vist alguna cosa? No? Potser l'heu de tornar a passar uns quants cops. Els ulls de l'Eli semblen els d'un gat, fins que s'acostuma a la llum.
L'efecte és tan subtil que m'havia passat per alt, tot i haver-lo vist quatre vegades. M'encanta que el film no abusi dels efectes especials, però ja que es fan hauria estat bé que s'arribessin a veure.
Deixa'm entrar. Escena de la banyera. Els ullals de l'Eli.
Quins ullals? direu. Us juro que, segons el director, en aquesta escena es veuen els ullals de vampir d'Eli. Diu que és una cosa subtil. I tant que és subtil! Com quinze vegades dec haver guaitat l'escena i aqueixa criatura té una dentadura perfectament normal.
Deixa'm entrar. Escena de la finestra de l'hospital. Eli vola.
Bé, segons el senyor Alfredson, amb el petit gest que fa Eli en marxar de la finestra, s'apunta la seva capacitat per volar. Val a dir que, a més d'un excel·lent cineasta - que ho és -, gaudeix d'un optimisme envejable.
Crec que fer una escena com la que planteja el senyor Lindqvist, autor de la novel·la, no s'adiria amb l'estètica sòbria del film. I de fet, ja m'està bé que el director no ens vulgui explicar si Eli vola o no. El que em desconcerta és que consideri que sí que ho ha explicat.
Había una persona en el tejado del hospital. Una persona pequeña. Desnuda de cintura para arriba, con las manos apretadas a lo largo del cuerpo.
Avisa.
Tendría que dar la alarma a través de la radio, pero se quedó parado, incapaz de moverse, como si al hacerlo se fuera a alterar el equilibrio y la persona fuera a caer.
Le dolió la mano cuando el viejo se la cogió con unos dedos que parecían garras, clavándole las uñas en la palma. Sin embargo, no se movió.
La nieve le caía en los ojos y parpadeó. La persona que estaba en el tejado levantó los brazos por encima de la cabeza. Algo se extendió entre los brazos y el cuerpo: una telilla... una membrana. El viejo agarró su mano, salió del coche y se puso a su lado.
Al mismo tiempo que el hombro del anciano rozaba el suyo, cayó la persona... un niño... Lanzó un resuello y los dedos del viejo se le volvieron a clavar en la palma de la mano. El niño caía justo por encima de ellos.
De forma instintiva se agacharon los dos y se pusieron las manos sobre la cabeza.
No pasó nada.
Cuando volvieron a mirar el niño había desaparecido. El conductor echó una ojeada alrededor, pero todo lo que se podía ver en el aire era la nieve cayendo bajo las farolas.
El viejo se estremeció.
—El ángel de la muerte. Era el ángel de la muerte. No saldré nunca de aquí.
Avisa.
Tendría que dar la alarma a través de la radio, pero se quedó parado, incapaz de moverse, como si al hacerlo se fuera a alterar el equilibrio y la persona fuera a caer.
Le dolió la mano cuando el viejo se la cogió con unos dedos que parecían garras, clavándole las uñas en la palma. Sin embargo, no se movió.
La nieve le caía en los ojos y parpadeó. La persona que estaba en el tejado levantó los brazos por encima de la cabeza. Algo se extendió entre los brazos y el cuerpo: una telilla... una membrana. El viejo agarró su mano, salió del coche y se puso a su lado.
Al mismo tiempo que el hombro del anciano rozaba el suyo, cayó la persona... un niño... Lanzó un resuello y los dedos del viejo se le volvieron a clavar en la palma de la mano. El niño caía justo por encima de ellos.
De forma instintiva se agacharon los dos y se pusieron las manos sobre la cabeza.
No pasó nada.
Cuando volvieron a mirar el niño había desaparecido. El conductor echó una ojeada alrededor, pero todo lo que se podía ver en el aire era la nieve cayendo bajo las farolas.
El viejo se estremeció.
—El ángel de la muerte. Era el ángel de la muerte. No saldré nunca de aquí.
Ca n'Oskar. L'escena més desconcertant del film.
Que ha passat aquí? Doncs si no t'has llegit la novel·la no provis d'entendre-ho. No ho aconseguiràs ni en un mil·lió d'anys. Fins i tot si l'has llegida, no et queda clar què acabes de veure ni perquè t'ho han ensenyat.
Sembla que el director volia jugar fer uns flaixbacs en els quals s'explicava el passat d'Eli, però no li acabava de trobar el com i, al capdavall, tot és va reduïr a la frase "jo no sóc una noia" i a aquest "robat" del seu pubis.
Eli no és una noia - SPOILER, SPOILER, SPOILER!!!!! - Eli és un eunuc. Un xiquet castrat. El que mostra la imatge de dècimes de segon, és un pubis asexuat, sense cap organ extern, només amb una enorme cicatriu.
Evidentment molta gent es va escandalitzar amb la imatge, sobretot als EUA. La imatge els va violentar especialment per dues raons:
a) No hi ha temps material per reaccionar, observar, i adonar-se que Eli no té absolutament res entre les cames.
b) Com que el punt (a) no s'entén, l'escena sembla absolutament gratuïta i innecessària.
—Sí. Pero escucha... —Parecía como si Eli pensara añadir algo más, pero sólo dijo —: Ah —y deshizo el nudo de la toalla que llevaba atada alrededor de la cintura. La toalla cayó al suelo a sus pies y apareció desnuda a unos pasos de Oskar. Eli hizo un movimiento envolvente con la mano sobre su cuerpo menudo y dijo:
—Bueno, ya sabes.
Los pequeños pezones parecían casi negros en contraste con su piel pálida. La parte superior del cuerpo era delgada, recta y sin curvas. Sólo la forma de las costillas se dibujaba claramente a la luz de la lámpara del techo. Sus brazos y sus piernas, tan delgados que no parecían naturales según salían del tronco; un árbol joven, recubierto con piel humana. Entre las piernas tenía... nada. Ninguna hendidura, ningún pene. Sólo una superficie de piel lisa.
Oskar le pasó la mano por el pelo, lo colocó ahuecado sobre la nuca. No quería pronunciar aquella palabra ridícula de su madre, pero se le escapó.
—Pero si no tienes... pito.
Eli inclinó la nuca, se miró la entrepierna como si aquél fuera un descubrimiento totalmente nuevo. La canción siguiente empezó y Oskar no oyó lo que Eli le contestaba. Apretó la palanca que accionaba el pickup y la aguja se levantó del disco.
—¿Qué has dicho?
—He dicho que lo he tenido.
—¿Qué ha pasado entonces con él?
Eli se echó a reír y Oskar, que se dio cuenta de cómo sonaba la pregunta, se sonrojó un poco. Eli extendió los brazos y puso el labio inferior sobre el superior.
—Me lo dejé en el metro.
—¡Bah! Qué tonta eres.
—Bueno, ya sabes.
Los pequeños pezones parecían casi negros en contraste con su piel pálida. La parte superior del cuerpo era delgada, recta y sin curvas. Sólo la forma de las costillas se dibujaba claramente a la luz de la lámpara del techo. Sus brazos y sus piernas, tan delgados que no parecían naturales según salían del tronco; un árbol joven, recubierto con piel humana. Entre las piernas tenía... nada. Ninguna hendidura, ningún pene. Sólo una superficie de piel lisa.
Oskar le pasó la mano por el pelo, lo colocó ahuecado sobre la nuca. No quería pronunciar aquella palabra ridícula de su madre, pero se le escapó.
—Pero si no tienes... pito.
Eli inclinó la nuca, se miró la entrepierna como si aquél fuera un descubrimiento totalmente nuevo. La canción siguiente empezó y Oskar no oyó lo que Eli le contestaba. Apretó la palanca que accionaba el pickup y la aguja se levantó del disco.
—¿Qué has dicho?
—He dicho que lo he tenido.
—¿Qué ha pasado entonces con él?
Eli se echó a reír y Oskar, que se dio cuenta de cómo sonaba la pregunta, se sonrojó un poco. Eli extendió los brazos y puso el labio inferior sobre el superior.
—Me lo dejé en el metro.
—¡Bah! Qué tonta eres.
I això és tot, només em resta per dir que si podeu, veieu la pel·lícula, que és meravellosa, tot i les seves mínim(alist)es imperfeccions; que n'escolteu la música, que sembla que no n'hi hagi, però n'hi ha i és preciosa; que llegiu la novel·la, que us explicarà coses diferents d'una altra manera. I que no feu gaire cas de les meves crítiques, que m'avorresc molt, últimament.
Ah, sí. La novel·la original és en suec i no ha estat traduïda encara al català.
